miércoles, 26 de agosto de 2009

DEJEMOS QUE LA LUZ DEL PADRE ILUMINE NUESTRO CAMINO

Amigos, a continuación una pregunta que hizo una persona y que es un tema recurrente en nosotros, como seres humanos.

Invitada: Maestro, quiero pedir ayuda para poder enfrentar el miedo que muchas veces siento con respecto al futuro.

Maestro Saint Germain: hija, los miedos muchas veces tienen una base muy sabia, a veces te están tratando de mostrar algo en relación con vidas pasadas y en otras ocasiones es el arma más potente que tiene el ego y la mente, para evitar que tu alma tome el control de tu vida.

Te voy a entregar un mensaje un poco fuerte y que le puede servir a cualquiera de ustedes. ¿Por qué temer por algo que no estás seguro?. Nadie te asegura un futuro, tú no sabes si el plan de Dios es que partas esta noche, que partas mañana o que vivas hasta los 90 años, no está en tus manos y nada sacas con preocuparte, absolutamente nada. La preocupación es un obstáculo en tu vida, algo que desvía tu atención; date cuenta que todo lo que hay en la vida son adornos y nada más, que lo realmente importante es lo espiritual, nosotros comprendemos que todo lo terrenal, las banalidades son importantes porque les permite desarrollarse en el sistema y lo aceptamos así y en ningún caso lo vemos como un pecado o un defecto, pero cuando eso pasa a ser el motor de tu vida, tu única preocupación, ahí si es un problema, porque está haciendo callar a tu alma, está desviando tu divinidad y tus ojos hacia las cosas menos importantes y estás perdiendo tu atención a lo que debería ser el motor de tu vida. Cada vez que entregamos este mensaje, podemos sentir en sus corazones como va apareciendo la duda y las preguntas ¿qué acaso quieres que rece todo el día? ¿acaso la oración me dará de comer?, y esos son excesos. Si le dedicas cinco o diez minutos de tu día al Padre, a meditar y a tratar de mejorar tu conexión con Él, con tu alma, tu maestro, poco a poco esos miedos van a desaparecer y pronto te darás cuenta que tu vida se llena de Luz, porque vas por el camino del Padre, vas siguiendo sus pasos y que si partes esta noche estarás feliz de encontrarte con Él, porque es lo que mueve tu vida y en el fondo lo que quieres es que Él esté orgulloso de lo que has avanzado. En el momento que te encuentres con Él, no te empezará a preguntar por cada error que cometiste, esas son cosas de las culturas que se han ido sumando, es cierto que hay una especie de juicio, pero es un juicio que hace tu misma alma, según lo que ella planificó; no se va a evaluar cada acción tuya, si hiciste bien o mal, lo que más se va a evaluar son tus intenciones y por sobre todo si has escuchado los llamados que hizo el Padre a tu vida. Llamados como éste, no es casualidad que ustedes estén hoy acá, algunos llevan un tiempo esperando esto; por aquí han pasado personas que tienen 10 años, que a su corta edad han recibido el llamado y otros de 83 años que están terminando sus vidas y que simplemente han venido para decirles, que lo han hecho bien, que no teman a la muerte porque el Padre los esperará con los brazos abiertos, con mucho cariño y amor. Así es que ya ves, las cosas que te están preocupando, no son las cosas que te van a importar más allá. En el momento que te toque partir, lo único que importa son las intenciones, el cuanto te preocupaste de amar y no solo a tus seres queridos si no a todo el mundo, de entregar Luz al mundo, de amar al Padre, de dejar los juicios de lado, esas son las cosas que realmente valen. A través de tu vida podrás seguir con las otras cosas, no hay ningún problema, pero del momento que centras tu vida al Padre y vuelcas todo lo que tú haces hacia Él, ya verás cómo se llena de Luz tu vida, como Él te llenará de regalos, incluso materiales; aquí hay varias personas que les podrían contar de eso.

Hay una frase que dice "ustedes no son humanos viviendo un proceso espiritual, si no almas viviendo un proceso terrenal”, se dan cuenta la diferencia que hay entre una y otra vista. Ustedes son seres divinos que vienen a vivir una experiencia terrenal, no son un cuerpo que decide seguir el camino del Padre y trata de conectarse, no son un cuerpo que recibe el llamado de la vocación y deja todo lo otro de lado y busca al Padre; ustedes son un camino hacia el Padre, un llamado constante hacia el Padre, que de repente se duermen y se pierden en el camino; hay una gran diferencia entre lo uno y lo otro. Vuestra esencia es divina hijos, que no se les olvide nunca y por lo tanto están llamados a encontrarse con Él y cuando eso ocurra lo único que va a importar es tu alma, el amor que entregaste y las intenciones con que hiciste cada acción. En tu vida terrenal, a veces te toca hacer cosas que no van de la mano de la luz, a simple vista, te va a tocar despedir a alguien, o darle la espalda, pero todo va con la intención. Puedes darle plata a una persona, puedes darle amor, pero si le das amor porque te da pena, que pena nos da. Si das amor porque el otro es un hijo de Dios igual que tú, que alegría nos da; dense cuenta que todo radica en las intenciones. Con esto no estamos validando ni la eutanasia, ni el aborto, esos son otros temas que no es momento para tratar aquí.

¿Comprenden, les queda claro?, así es que suelten, despreocúpense y a medida que avancen en el camino de la Luz, todo se iluminará, hasta lo más banal y terrenal del mundo, pasará a ser hermoso; el problema es cuando lo banal y terrenal no te deja avanzar en lo espiritual, en ese momento te pediremos que lo dejes, como un sacrificio, como se les ha pedido a algunos hasta que entienden que eso no es lo esencial y luego lo pueden retomar porque lo importante no radica en lo banal, sino en la Luz ¿está bien?.

Muchos de los mensajes que entregamos acá, sabemos que son complejos en alguna medida, que quizás alguno de ustedes los pueda sentir lejanos, inalcanzables, pero a medida que vayan avanzando se darán cuenta que es muy sencillo y que todo va en la Fé, en el entregarse en el camino, dejen de lado sus cuestionamientos, no busquen que esto concuerde con muchas cosas que han leído o escuchado, hemos explicado muchas veces acá, que durante toda la historia, se han utilizado distintas formas para que el mensaje del Padre llegue; hubo un tiempo que fueron grandes almas que encarnaron, incluso maestros han venido a la tierra y han sido llamados profetas, elegidos, a algunos se les trató como dioses, ya conocen el caso del hijo de Dios, hay distintos ejemplos; luego se hizo a través de personas que eran tocadas y se iluminaban sus palabras cuando describían, a otros se les iluminó a través de su arte; y para el mundo de hoy, esta es la herramienta que el Padre ha elegido, un mensaje directo que no pueda ser tergiversado y si se llegará a hacer, lo vamos a interrumpir, ¿comprenden?. Así es que no busquen que esto calce con otras cosas, simplemente libérense y sientan este mensaje en el corazón. Y eso no quiere decir que les estamos trayendo la verdad absoluta, simplemente les traemos las palabras que el Padre nos ha enviado y si alguno de ustedes no lo siente así, no hay ningún problema que no lo vuelva a vivir acá, no hay ningún problema en lo absoluto, lo importante y único fin es el Padre; el que lo quiera alcanzar a través de las iglesias, que así lo haga, el que lo quiera alcanzar a través de la meditación que así lo haga, son múltiples las herramientas, múltiples los caminos, pero un solo fin, el Padre, así es que cada uno verá cual es el camino que más le acomoda. ¿Esta bien?.

jueves, 20 de agosto de 2009

ENVIEMOS LUZ

Amigos, hace unos días al empezar una canalización el Maestro Águila Blanca nos entregó el siguiente mensaje.

CANAL: estoy entrando en un templo, hay varios monjes, estoy calvo al igual que ellos, me sonríen amablemente. Hay unas hermosas montañas de fondo.
Están discutiendo en una sala, decidiendo algo importante. Están discutiendo acerca de la guerra, de su independencia. Ellos saben que son libres de alma, también se consideran libres aquí en la tierra, pero hay personas que no están dispuestas a respetar eso; sienten amenazada su cultura, sus tradiciones, lo mismo que le está ocurriendo a distintos pueblos en este momento, a los Aimaras, a los Mapuches.

MAESTRO ÁGUILA BLANCA: Toda esta gente sufre, sufre porque no comprende, han buscado la sabiduría por mucho tiempo y la han encontrado a través de la Madre Tierra, ahí han encontrado sus respuestas, sus medicinas y todo lo que necesitan; son justamente los que viven en mayor armonía con este planeta, que saben respetar a los animales y también al resto de los seres vivos; y son justamente ellos los que están siendo atacados por la oscuridad en estos momentos, oscuridad que se hace presente a través de malas decisiones de la gente que está en el poder y muchas veces influenciando las mentes de las personas que no logra ver cuál es el destino de esta gente, muchas veces los tratan como si no lo fueran, pasando a llevar sus derechos, yendo mucho mas allá; ¿qué acaso un derecho prima por sobre la dignidad de la vida y de la tierra?;¿acaso una ley, un papel escrito va a valer más cuando todo esto se acabe?.

En el mundo de hoy, la oscuridad está atacando con armas muy poderosas, y está atacando justamente a esos pueblos que conservan esas tradiciones de Luz, todo ese misticismo, esa tradición tan antigua que viene de tantos años atrás, por algo se ha conservado, no en forma intacta, pero las raíces quedan, y justamente esa gente, que no son pueblos divinos, ni mucho menos, son personas comunes y corriente, pero que a través de su cultura y tradiciones han comprendido el sentido de venir acá, el sentido del respeto por la naturaleza y por todos los que habitan este planeta, sin jerarquizar, sin creer que uno importa más que el otro, por lo que tiene o por lo que ha hecho, respetando la esencia de la dignidad humana y de cada uno de los seres vivos puestos acá, y ese valor tan inmenso y tan grande que nosotros y el Padre respetamos tanto, muchos en la tierra no lo logran comprender porque están cegados por la oscuridad. Abran los ojos y den se cuenta, envíen Luz, están en plena guerra, sin grandes tanques, ellos están peleando por su dignidad, sin aviones, sin bombardeos, están en una guerra mucho peor, en una guerra de convicciones, de costumbres, de culturas, y puede importar mucho más que cualquier otro tipo de enfrentamiento, es una lucha noble, ellos no están luchando por las tierras, están luchando por el derecho de seguir con una cultura, porque ellos saben que primero serán sus tierras y después continuarán hasta que sin darse cuenta los empezarán a hacer cada vez más modernos , y su tradición y cultura se irá perdiendo cada día más. No solo estamos hablando de lo que está ocurriendo en estos momentos en vuestro país, está ocurriendo en África con la colonización, también en el Tíbet con una lucha por el poder y la soberanía de un territorio, en América del Norte con pueblos muy antiguos, en el Perú y en muchos otros lugares.

El primer pensamiento que nace en ustedes es ¿pero qué hago? ¿cómo ayudo?, y ustedes saben cómo, tienen que enviar Luz, lo que más necesitan es Luz para poder combatir la oscuridad que ciega a las personas que toman las decisiones y en ese sentido también incluimos…………que por momentos ciega a estas personas de luz que están dando esta batalla y los ciega en la venganza, las ciega en el odio y la rabia, porque si su batalla se librara en el amor, ellos ya hubiesen vencido, pero la oscuridad produce más oscuridad y contagia corazones. Realmente es una pena ver pueblos llenos de luz y de misticismo, que se están manchando con oscuridad por un conflicto; así es que ayuden a limpiar todo esto, envíen sus energías de amor y de luz.

Este mensaje no es solo para las personas que están aquí, necesitamos que lo divulgues y tú sabes cómo.

sábado, 15 de agosto de 2009

MARÍA MAGDALENA Y SU VIDA JUNTO A JESÚS.

Queridos amigos, hace unos meses María Magdalena compartió con nosotros este maravilloso relato que quisimos compartir con todos ustedes. Llenen sus corazones con toda la luz y energía que ella nos entregó en ese momento.


GUIA: Maestra, que nos puedes contar de esa vida en que compartiste con Jesús aquí en la tierra.

MAESTRA MARIA MAGDALENA: me cuesta mucho hablar sin emocionarme y recordar aquellos tiempos, que a pesar de que fueron muy difíciles, sentía que era un tiempo de luz tan fuerte.

En mi casa muchas veces me sentí incomprendida, no podían creer que siguiera a Jesús, mis padres estaban en contra de lo que él predicaba, de hecho no le creían nada, pero yo sentía algo en mi corazón tan fuerte, era cosa de mirarlo a los ojos y uno sentía que se perdía en esa mirada y encontraba la paz que andaba buscando.

En una oportunidad estaba con una amiga y Jesús nos invitó a caminar, estaba todo verde y Jesús hablaba cosas maravillosas, nosotras como niñas chicas mirándolo, después él se fue y nosotras nos quedamos conversando y nos abrazábamos y llorábamos, porque sentíamos que Dios había tocado nuestras vidas y dábamos gracias porque habíamos descubierto que Dios si existe y que estaba ahí, con nosotras.
Antes que llegara Jesús todo era perdido, no había razón, no había motivo, todo era porque sí. Muchos no entendían como habíamos nacido, en cambio nosotras tuvimos el privilegio de entender mucho más, porque gracias a Jesús conocimos a Dios. Antiguamente se conocían de muchos dioses y cada uno tenía una especialización de gran maestro, porque Dios siempre hubo uno solo.

En el tiempo de Jesús, muchos de los apóstoles no querían que yo anduviera cerca de él, porque creían que podía interferir en su trabajo, muchos de ellos sentían que las mujeres eran un estorbo en el trabajo que según ellos correspondía a los hombres, pero Jesús nunca discrimino entre mujeres, niños, adultos, hombres, etc., nos incluía a todos como una gran familia. En la biblia no se habla de todos los niños que seguían a Jesús, que se sentaban alrededor de él a escuchar sus historias y que ellos le entendían mejor que todos nosotros que éramos mucho más grande, porque la mente inocente de un niño es capaz de ver mucho más allá, en cambio nosotros que ya éramos mas adultos, a medida que pasa el tiempo se va pervirtiendo nuestra mente, poniendo trabas.

Recuerdo una vez, cuándo Jesús era un niño, estábamos jugando afuera de su casa, construyendo un castillo de tierra, él me mira, me toma la mano y me dice “esto es lo que quiero, construir un templo que sea el templo de mi Padre” y yo le digo “quieres un templo para José” y me dice “no,tú sabes de qué Padre te estoy hablando”, ahí sentí que Jesús era distinto, teníamos como seis años. Ustedes comprenderán que a esa edad él no predicaba todavía.

Siempre le pregunté si alguna vez volvió a ver al ángel que visitó a su madre para informarle que estaba embarazada y Jesús me decía ”sí, siempre está conmigo”. A veces lo veía solo como conversando con alguien, siempre sentí que era el ángel que estaba con él, guiándolo, dándole apoyo, hasta muy grande cuando Jesús se sentía solo; su batalla fue muy dura, pero creo que nunca nadie en la vida ha tenido tanta gente incondicional, me sentí muy privilegiada el ser una de las incondicionales de Jesús, sobre todo porque nos conocíamos desde niños. Después nos dejamos de ver porque Jesús emprendió varios viajes y cuando nos volvimos a encontrar, él me salvó, él me mostró la Luz, él me mostró que la vida tenía otro sentido, me sacó de la oscuridad donde estaba sumergida, yo ya no hablaba con mis padres, me había entregado a la vida, me sentía tan sola y él llegó a llenar todos los espacios que mi corazón necesitaba. Siempre le he dicho “te amé tanto, te amo tanto” y aún siento que estoy en deuda con él, por todo lo que hizo por mí.
"> ¿Qué más quieren saber?
Guía: Gracias Maestra por compartir de tu vida con nosotros. Quiero saber, ¿tú fuiste una de sus apóstoles? Y no solo una persona que estaba con Jesús y lo seguía, ¿verdad?.

Maestra: exacto, pero mi trabajo era un poco más secreto, porque Jesús sentía esa envidia de los apóstoles hacia mí y por evitar oscurecer y entorpecer el trabajo, me mandaba a misionar a los lugares donde la oscuridad estaba más presente, porque sabía que mi alma estaba preparada para hacer ese trabajo. Me mandaba a hablar con las prostitutas, con los ladrones, me tocaba ir a misionar y entregar la palabra de Dios; hubo tanta gente que escuchó mi llamado y siguió después a Jesús, él estaba muy orgulloso de mí y yo sentía que hacía tan poco para retribuirle todo lo que él había hecho por mí, pero a él le bastaba con eso, con que sin dudarlo siguiera todo lo que él me dijera.

Guía
: Maestra, ¿tú fuiste al sepulcro cuándo él resucitó?.

Maestra María Magdalena: Yo lo soñé, cuando Jesús murió y lo bajamos de la cruz, yo ahí sentí que algo iba a pasar, en la noche soñé que él había despertado, se había levantado y estaba parado al lado de mi cama diciéndome “lleva a mi madre y verás el milagro”. Fui yo la que la que le dijo a María que fuéramos a verlo al templo, porque yo sabía que estaba entre nosotros. Cuándo le dije eso a María ella se puso a llorar y me dijo “te creo”, me abrazó fuertemente y partimos corriendo al templo, no sé como pudimos mover esa piedra, entramos y él ya no estaba, miramos la ropa que había dejado ahí y la energía que se sentía ahí era inmensa, sabíamos que era Dios el que se lo había llevado, sabíamos que Dios estaba ahí y sentíamos que Jesús andaba caminando entre nosotros y que si cerrabas los ojos fuertemente eras capaz de verlo y de sentirlo; estuvimos un buen rato llorando, abrazadas con María y me daba las gracias, porque por fin podía compartir con alguien un milagro, ella me decía “con José compartí el milagro de la vida y contigo he compartido el milagro de la muerte y la resurrección”; me decía que era muy difícil para ella hablar de los milagros, porque ella misma había sido un milagro, yo la miraba y le decía ”.“quédate tranquila porque Jesús ha sido un milagro todos estos años y para mí es mucho más fácil entenderte".

Después que Jesús murió, fui a visitar a María muchas veces y conversábamos largamente; para José fue muy difícil la pérdida de su hijo, pero él entendía que Jesús había venido a una misión muy especial. Nunca se ha hablado de lo que pasó con María y José después, mal que mal ellos siguieron su vida, murieron ya muy viejos preguntándose día a día porque ellos habían sido bendecidos, creo que jamás se imaginaron lo importante que ellos fueron en la historia. José se sentía en un segundo plano, porque era María la que más destacaba, pero no saben el sacrificio que José tuvo que hacer; un día iba con él a ver a los animales y estando a solas le pregunté que como había sido para él, saber que María estaba embarazada siendo virgen y me decía que no entendía, pero que sabía en su corazón que era algo mucho más fuerte y que no había que entenderlo, había que sentirlo y él lo sentía y cada vez que se ponía pensar en ello, él lloraba, pero no lloraba de pena, sino de alegría por haber sido tan bendecido; creo que el Señor no pudo escoger mejores personas para ser los padres de Jesús, puesto que casi nadie en ese tiempo tenía Fe, era muy difícil creer que había un Dios y que ese Dios, como decían las profecías se iba a ser hombre e iban a ser justamente ellos los bendecidos; eso era lo que nosotros creíamos antes que Jesús llegara. Mis padres también decían que Dios se iba a ser hombre y yo les decía que era Jesús, pero ellos me decían “no seas ilusa” y yo les contestaba “pero como lo ven en sus actos”.

Cuando Jesús se fue yo tenía unos doce años, en una oportunidad discutí con mis padres y me fui de la casa; traté de buscarlo pero no lo pude encontrar, siempre escuchaba noticias de él, escuchaba de los milagros y de lo que estaba haciendo; cuando volvió a casa para mí fue un alivio, me costó encontrarlo, aunque él una vez me dijo ”siempre me tuviste, siempre estuve a tu lado, nunca te dejé sola”.

Guía: gracias Maestra, cada vez que ustedes nos han hablado de pasajes de sus vidas, de momentos que nosotros hemos leído en la historia, en la biblia, nos quedamos maravillados de escuchar de ustedes lo que ocurrió en ese tiempo; te agradecemos tanto el haber compartido con nosotros este hermoso momento.

Maestra: no tengo ningún problema en hablarlo, siento que hay tantas cosas que no se saben, uno se queda con la historia que aparece en la biblia, que aparece en los libros, pero hay tanto más acá. Como les digo nunca se habló de José ni de lo que pasó con María.

Guía: ¿Y qué nos puedes contar de lo que ocurrió con ellos?

Maestra: bueno, ellos tuvieron dos hijos más, tampoco se habla de que Jesús tuvo hermanos.(pausa por cambio de cassette) Cuándo murió Jesús uno de ellos tenía 25 años y la menor 20 años; imagínense lo que es perder a un hermano que prácticamente no conocieron, porque cuando Jesús se fue, su hermano tenía unos cinco años y la menor todavía no nacía. Recuerdo una vez, cuando Jesús volvió a Jerusalén, fue a su casa a visitar a su familia y se encontró con una hermana, él nunca supo que María estaba embarazada, para él fue una sorpresa y lo único que hacía era mirarla; para Jesús también fue muy difícil dejar a su familia de lado. Recuerdo que en esa oportunidad, Jesús después me contaba que se habían quedado conversando largamente, él quería saber todo de ellos, decía que José se estaba quedando dormido en la mesa y él seguía hablando y hablando , pero no contando sus historias, si no preguntando por la vida de ellos, porque él también quería sentirse parte de una familia; todos lo trataban como un ser divino, pero en su familia se sentía como uno más.

Después qué Jesús murió, María y José fueron a la casa, María estaba desconsolada y José lloraba, Miguel que era el mayor trataba que todo anduviera bien y Rafaela la hermana menor, lo único que hacía era mirar hacia el monte, donde habían crucificado a Jesús y decía “no puedo creer que haya perdido a mi hermano, lo encontré hace tan poco y ya me lo quitaron”; la familia quedó devastada, no podían creer que un hombre santo, un hombre bueno, que nunca le hizo mal a nadie fuera crucificado por la misma gente que alguna vez lo siguió.

Después de ir a ver a Jesús al sepulcro, fuimos a contarle a José y a sus hermanos que él andaba por ahí; recuerdo que Rafaela me miró y dijo “él no nos va abandonar, ¿cierto?”.

José cada vez entendía menos todo lo que pasaba, le costó mucho, creo que recién cuando fue un anciano pudo lograr entender todo lo que había pasado en su familia. Me decía “puedes creer que mi esposa quedó embarazada siendo virgen, que el hijo de Dios fue mi hijo, todo lo que pasó, murió crucificado, que lo traicionaron, todo lo que sufrió y después de muerto que resucita", él no entendía.

Recuerdo que después que los hijos de María y José se fueron de la casa, yo los iba a cuidar ya que estaban viejitos, los chicos los iban a visitar de vez en cuando; recuerdo una vez que volvimos al sepulcro, les estoy hablando de unos 20 años después de la muerte de Jesús, nos sentamos ahí a compartir todas las historias vividas con él, pasábamos horas conversando y nos reíamos, y decíamos “y creyeron que podrían matarlo así como así”, después de su muerte él cobro mucha más fuerza, fue un sacrificio que él tuvo que hacer y fue un sacrificio que dio sus frutos. Una vez volvimos al monte donde fue crucificado y una flor muy exótica creció en ese lugar, sabíamos que él era vida y lo ejemplifico con esas flores.

Guía: Maestra, que pasó contigo después que Jesús resucito, ¿hiciste familia, te dedicaste a predicar la palabra de Jesús?

Maestra: Jesús fue el hombre de mi vida, cuando él murió parte de mi murió con él, no les puedo contar más.

Guía; gracias Maestra por compartir todo esto con nosotros, por nuestra parte no tenemos más preguntas, ¿tienes tú otro mensaje que entregarnos?.

Maestra: los mensajes llegaran a sus corazones, no hay nada más que decir.